Las mujeres no son ajenas al campo de la ciencia, tecnología e innovación. Así lo demuestran Roxana, Frescia, Vanesa, Yesenia, Ximena, Laura, Stefany y Andrea, alumnas de cuarto año de la carrera IME.
Por Daniela Vega. 04 septiembre, 2017.Las mujeres están ampliando, cada vez más, su campo de desenvolvimiento relacionado con la ciencia, la tecnología y la innovación. La Ingeniería no es ajena a ellas, aunque, el porcentaje de mujeres vinculadas a esta carrera, es aún bajo. Este patrón se replica en distintas partes del mundo, donde las mujeres representan solo el 11% de los empleados de Ingeniería y Arquitectura, según el más reciente informe del Foro Económico Mundial.
Por ello, no llama la atención que, al entrar a un aula de Ingeniería Mecánico Eléctrica (IME), casi no haya mujeres: “Somos solo nueve mujeres de casi setenta hombres, que resulta ser un 13%, muy parecido a la media mundial”, comenta Stefany Ordinola, alumna de VIII ciclo de IME, para quien estudiar una carrera a la que postulaban pocas mujeres, resultaba un desafío bastante atractivo. “A mí no me asustaba la idea de que fueran más varones los que estudiaban IME. Me motivaba la idea de romper ese esquema de que las chicas no estudiaban una carrera porque era muy difícil”, defiende Andrea Morán.
Similar experiencia enfrentaron Roxana Palomino, Frescia Sernaqué, Vanesa Carpio, Yesenia Carrasco, Ximena Hidalgo y Laura Carrasco. Todas estudiaron en colegios para mujeres y ahora estudian el cuarto año de la carrera IME, en la Universidad de Piura (UDEP).
Las chicas SAC
Todas han coincidido en el curso de Sistemas Automáticos de Control (SAC). “Fue un gran cambio estudiar rodeada de mujeres y luego empezar la carrera de IME. Fui la única mujer que ingresó en mi promoción”, comenta Laura Carrasco. “Recién este ciclo me tocó estudiar con chicas de dos promociones distintas en el curso de SAC”, añade.
“Ahora nos sorprende ver a nueve chicas en cuarto año de IME, hace diez años eran máximo tres”, comenta la ingeniera Irene Alvarado, profesora principal de Ingeniería en la Universidad de Piura, quien asegura que la universidad está trabajando para promover la participación de las mujeres en Ingeniería Mecánico Eléctrica, ya que “no hay carrera que no pueda ser para una mujer”.
El apoyo familiar y el respaldo de la universidad juegan un papel importante en la participación de las mujeres en la Ingeniería. Estudios señalan que la principal razón por la que las mujeres estudian Ingeniería es la vocación, que está por encima de cualquier otro motivo y por lo tanto, su decisión es mucho más fuerte que la de los varones.
El papá y el abuelo de Andrea Morán son ingenieros mecánico eléctricos, por lo que celebraron su decisión; sin embargo, su mamá no estaba segura de que IME fuera una carrera apropiada para una chica. A poco tiempo de finalizar su carrera, Andrea no se arrepiente de su elección. “Si tuviera que elegir nuevamente, escogería IME otra vez”, comenta.
Roxana Palomino tampoco se imagina en otra carrera. “La carrera es difícil, hay varios cursos de investigación y proyectos que requieren de mucha organización, pero no deja de ser genial”, asegura y hace unos días presentó con éxito el proyecto “Sistema de medición para tierras agrícolas”, uno de los mejores en el curso de SAC. “SAC es un curso bastante innovador, nos enseñan cómo emplear algo muy teórico en la industria. Aprendemos sobre la automatización de procesos industriales, a conocer más sobre las empresas, a optimizar y sobre todo, a dar solución a necesidades locales”, añade Roxana Palomino.
“En la IME hay muchos campos en los que las mujeres pueden dar aportes. A diferencia de los varones, me atrevo a decir que son más ordenadas, tienen creatividad, son más perseverantes y trabajan de manera continua”, señala el doctor William Ipanaqué, profesor del curso de SAC. Para el doctor Ipanaqué, las mujeres ingenieras destacan en su rendimiento académico y laboral. “Creo que es una constante, en promociones pasadas, las mujeres han ocupado los primeros puestos y actualmente, hay chicas a quienes les está yendo muy bien”, manifiesta.
El doctor Ipanaqué recuerda que el primer premio de la Universidad en el Congreso Internacional de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y Computación (Intercon) fue ganado por Jenny Biffy, alumna IME, quien compitió con otros estudiantes de Ingeniería de diferentes universidades del país. En la misma línea, Roxana Palomino y Yesenia Carrasco han incursionado con un proyecto en el curso de SAC, que tiene todas las potencialidades para solucionar una problemática de la región.
“Teníamos unos objetivos marcados: investigar las cantidades de cadmio en las plantaciones de cacao, para evitar que la legislación que entrará en vigencia en el 2019 le impida a Piura exportar cacao”, dice Yesenia Carrasco. “Al principio tuvimos algunos problemas, porque era un tema sobre el que no habían investigaciones previas, pero eso no nos desanimó. Con este proyecto no solo reforzamos nuestros conocimientos sobre Ingeniería, sino que aprendimos mucho sobre el trabajo en equipo”, resalta.
Por su parte, Frescia Sernaqué confirma que en el trabajo en equipo entre hombres y mujeres se refuerzan capacidades intelectuales y se desarrollan habilidades sociales. “He aprendido bastante: a tener mucha paciencia, a ser tolerante y a aceptar las opiniones de cada uno”, recuerda al hablar de la organización de su último trabajo del ciclo. Al igual que su compañera, Ximena Hidalgo opina que las mujeres también pueden desempeñarse como ingenieras IME y aportar distintas cosas desde sus diferencias.
Los datos registrados en el Directorio de Investigadores e Innovadores (DINA), del CONCYTEC, evidencian que, a comparación del año anterior, nuestro país incrementó en un 50% el número de mujeres profesionales dedicadas a las actividades de ciencia, tecnología e innovación. Si bien el porcentaje de mujeres dedicadas a la Ingeniería va en aumento, la brecha aún es alta.
Se espera que las cifras aumenten en los próximos años y que tanto colegios como universidades trabajen para eliminar el mito de que “la IME no es para mujeres”. “Sería bueno que se incentive a las escolares a aprender sobre programación o robótica, porque, aunque parecen cosas sencillas, forman parte de nuestra carrera, y comenzar como jugando, ayudaría a descubrir si las ciencias son algo que les gusta”, recomiendan las chicas SAC.